Tienen su propio ganado, practican la agricultura, forman ejércitos, y capturan esclavos.
Podríamos estar hablando de los humanos pero también de las hormigas.
Humanos y hormigas, hacer una comparación entre ambas especies puede parecer una barbaridad para algunos y seguramente una falta de respeto para todas las hormigas.
Podríamos estar hablando de los humanos pero también de las hormigas.
Humanos y hormigas, hacer una comparación entre ambas especies puede parecer una barbaridad para algunos y seguramente una falta de respeto para todas las hormigas.
Nuestras sociedades no son tan distintas como parece a simple vista, aunque si, más exitosa en el caso de las hormigas.
Pero hoy no nos centraremos en el tema social, sino más concretamente en cada individuo de los que forman estas sociedades.
En el caso de las hormigas, cada espécimen nace parte de una casta o tipo de espécimen con un rol concreto asignado. Unas nacen reinas, otras obreras, otras soldado…A simple vista las podemos distinguir porque físicamente son distintas, su genética es lo que decide su función en la colonia, así pues una soldado tendrá un tamaño mayor y una cabeza desproporcionadamente más grande que sus compañeras obreras.
En los humanos aunque la mayoría no lo quiera aceptar, pasa exactamente lo mismo, todos nacemos con un rol concreto, y la genética también juega un papel importan y decisivo.
La única diferencia es que en nuestro caso, ya no necesitamos un físico diverso para desempeñar funciones distintas, nuestra diferencia se encuentra a un nivel más profundo, en nuestro cerebro.
(Cuando hable de rol genético, hare referencia a la diferencia genética que hace que una persona le guste y sea capaz de desempeñar una función específica en nuestra sociedad)
Claro está que todas las personas somos distintas, pero incluso seleccionando individuos de diferentes sociedades del mundo totalmente distintas podríamos ver que si comparten la genética del mismo rol, compartirán algunos aspectos en su mentalidad.
Las personas no todas nacemos con los mismos roles genéticos, como en las hormigas los humanos nacemos con los roles asignados genéticamente, pensamos que cada uno elige su camino, pero el camino que elegirás ya está escrito en las páginas de tu genoma , porque elegirás el camino donde te encuentres mas cómodo y desempeñaras una función en la que seas capaz y te sientas a gusto.
Y aquí otra vez nos encontramos con el problema.¿Puede todo el mundo desempeñar la función por la que ha nacido? NO, porque? Porque hemos organizado nuestra sociedad de una forma en la que ser hábil y capacitado para llevar a cabo una función no es el único factor importante, actúan muchos más factores externos que no podemos elegir ni evitar para que trunquen nuestro verdadero camino.
Pero hoy no nos centraremos en el tema social, sino más concretamente en cada individuo de los que forman estas sociedades.
En el caso de las hormigas, cada espécimen nace parte de una casta o tipo de espécimen con un rol concreto asignado. Unas nacen reinas, otras obreras, otras soldado…A simple vista las podemos distinguir porque físicamente son distintas, su genética es lo que decide su función en la colonia, así pues una soldado tendrá un tamaño mayor y una cabeza desproporcionadamente más grande que sus compañeras obreras.
En los humanos aunque la mayoría no lo quiera aceptar, pasa exactamente lo mismo, todos nacemos con un rol concreto, y la genética también juega un papel importan y decisivo.
La única diferencia es que en nuestro caso, ya no necesitamos un físico diverso para desempeñar funciones distintas, nuestra diferencia se encuentra a un nivel más profundo, en nuestro cerebro.
(Cuando hable de rol genético, hare referencia a la diferencia genética que hace que una persona le guste y sea capaz de desempeñar una función específica en nuestra sociedad)
Claro está que todas las personas somos distintas, pero incluso seleccionando individuos de diferentes sociedades del mundo totalmente distintas podríamos ver que si comparten la genética del mismo rol, compartirán algunos aspectos en su mentalidad.
Las personas no todas nacemos con los mismos roles genéticos, como en las hormigas los humanos nacemos con los roles asignados genéticamente, pensamos que cada uno elige su camino, pero el camino que elegirás ya está escrito en las páginas de tu genoma , porque elegirás el camino donde te encuentres mas cómodo y desempeñaras una función en la que seas capaz y te sientas a gusto.
Y aquí otra vez nos encontramos con el problema.¿Puede todo el mundo desempeñar la función por la que ha nacido? NO, porque? Porque hemos organizado nuestra sociedad de una forma en la que ser hábil y capacitado para llevar a cabo una función no es el único factor importante, actúan muchos más factores externos que no podemos elegir ni evitar para que trunquen nuestro verdadero camino.
Un ejemplo sería:
A una persona con mentalidad de obrera, con un rol genético de trabajador, le das una titulación académica para poder desempeñar una función muy superior a la que desempeña. ¿Que hara?
Muchos ni aceptarían, porque saben perfectamente que no es lo suyo. ( si lo aceptaran, seguramente sería por reconocimiento social o económico) ¿Pero si aceptase que pasaría?
No duraría en el puesto ni una semana y preferiría seguir donde estaba. Cada individuo es capaz de soportar distintos tipos de presiones, algunas personas soportan mejor una presión y desgaste físico (trabajar 8 horas sin cesar) por ejemplo, que un desgaste psicológico i la presión (tener que gestionar la misma empresa para que no se vaya a pique). Como este ejemplo muchos más.
Pero el problema está en:
¿ Si es el caso distinto? Si una persona tiene dotes de liderazgo y una capacidad de resolución de problemas asombrosa, pero por condiciones externas, como podría ser no tener una titulación específica, no puede desempeñar el rol que le toca.
¿Qué hace? Del mismo modo una persona con un rol muy destacado en liderazgo sufrirá trabajando para otros.
Y ahí es donde se tendría que centrar la educación secundaria sobretodo, en identificar roles y encaminar a las personas preparadas para sobrellevar con éxito su función en la vida laboral, ya sea como trabajadores o como directivos.
De todas formas, los humanos tenemos cerebros muy evolucionados y una persona puede cambiar su rol, no de forma drástica pero si lo puede modificar a través del habito, pero su naturaleza será siendo la misma.
¿Pero desde cuando los humanos hacen caso a su verdadera naturaleza? La sociedad oprime de tal forma que a veces uno tiene que cambiar su naturaleza y todo lo que va en contra de la naturaleza, no beneficia la evolución de una sociedad.
A una persona con mentalidad de obrera, con un rol genético de trabajador, le das una titulación académica para poder desempeñar una función muy superior a la que desempeña. ¿Que hara?
Muchos ni aceptarían, porque saben perfectamente que no es lo suyo. ( si lo aceptaran, seguramente sería por reconocimiento social o económico) ¿Pero si aceptase que pasaría?
No duraría en el puesto ni una semana y preferiría seguir donde estaba. Cada individuo es capaz de soportar distintos tipos de presiones, algunas personas soportan mejor una presión y desgaste físico (trabajar 8 horas sin cesar) por ejemplo, que un desgaste psicológico i la presión (tener que gestionar la misma empresa para que no se vaya a pique). Como este ejemplo muchos más.
Pero el problema está en:
¿ Si es el caso distinto? Si una persona tiene dotes de liderazgo y una capacidad de resolución de problemas asombrosa, pero por condiciones externas, como podría ser no tener una titulación específica, no puede desempeñar el rol que le toca.
¿Qué hace? Del mismo modo una persona con un rol muy destacado en liderazgo sufrirá trabajando para otros.
Y ahí es donde se tendría que centrar la educación secundaria sobretodo, en identificar roles y encaminar a las personas preparadas para sobrellevar con éxito su función en la vida laboral, ya sea como trabajadores o como directivos.
De todas formas, los humanos tenemos cerebros muy evolucionados y una persona puede cambiar su rol, no de forma drástica pero si lo puede modificar a través del habito, pero su naturaleza será siendo la misma.
¿Pero desde cuando los humanos hacen caso a su verdadera naturaleza? La sociedad oprime de tal forma que a veces uno tiene que cambiar su naturaleza y todo lo que va en contra de la naturaleza, no beneficia la evolución de una sociedad.
Debemos vivir aceptando la naturaleza que nos ha sido dada, si vamos en contra de nuestra propia naturaleza, vamos en nuestra contra.